Es indudable que las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, Tinder y, sobre todo, WhatsApp) han hecho cambiar nuestra manera de comunicar y de comunicarnos. Y es precisamente por esas nuevas formas de comunicación la razón por la que han proliferado términos como ‘grooming’, ‘ sexting’ o el ‘cyberbullying’, los cuales hacen que nos replanteemos si debemos realizar -o no- un control más exhaustivo sobre qué publican nuestros hijos en las redes sociales. Ante el aumento considerable de casos de ‘ciberacoso’ en las aulas, de trato con menores y de delitos de índole sexual en nuestro país, La Ley de Protección Jurídica del Menor, en su art. 4.1., advierte que ‘los menores tienen derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Este derecho comprende también la inviolabilidad del domicilio familiar y de la correspondencia, así como del secreto de las comunicaciones’. Por tanto, no se trata de que los padres miren de forma habitual y compulsiva lo que hacen sus hijos en las redes, sino de marcarles unas pautas de comportamiento para evitar que éstas se acaben convirtiendo en una herramienta de dependencia emocional o, en el peor de los casos, que se vean envueltos en los casos anteriormente descritos. En todo caso, hay que acudir a la autoridad judicial si observamos cualquier tipo de comportamiento que nos indique que nuestros hijo puede ser víctima del mal uso de las redes sociales. La imagen de control que estemos dando como padres también influirá en nuestros hijos y en cómo serán de mayores. #rrss #control #hijos #WhatsApp