El ‘NO’, ese adverbio de negación que nos cuesta mucho decir, es sinónimo de actitud o conducta negativa, o bien una actitud de rebeldía cuando se nos trata de imponer una voluntad contraria a la nuestra. En muchas ocasiones no decimos ‘NO’ por miedo a quedar mal o porque nos hemos comprometido a realizar cosas que no estamos convencidos de poder o quererlas hacer. Pero la cosa se agrava cuando se trata de decírselo a un niño; en este caso, se cumple el principio de ‘acción-reacción’ basado en que decimos ‘NO’ al niño y éste, física o verbalmente, se rebela contra el padre, la madre, o ambos. Si convertimos en costumbre el usar contra nuestros hijos la filosofía del ‘NO’, ello puede volverse en nuestra contra, precisamente porque nuestros hijos pueden usarlo contra nosotros; todo ello podemos evitarlo utilizando una herramienta psicológica tan importante como necesaria en el desarrollo personal como es el de la asertividad. Gracias a unos sencillos mecanismos, podremos lograr que nuestros hijos no sólo aprendan a que las normas que les impongamos deben cumplirse (aunque también que vean una cierta flexibilidad, eso sí), sino también a que un equilibrio entre un ‘SÍ’ y un ‘NO’ puede convertirlos en personas más responsables y a contribuir a la armonía en el hogar. Verbos como SUGERIR, PROPONER, EXPLICAR o ACLARAR deben aparecer en este catálogo educacional de los padres, si bien una cosa queda clara: a veces podemos sentirnos incómodos al dar alguna negativa, pero aprender a decir “NO” puede liberarnos. #asertividad #educación