Nunca viene mal un refuerzo positivo en nuestra autoestima, y, si es en forma de elogio, mejor. Pero cuando se trata de realizarlo a los niños que están en edad escolar y que están -por decirlo de alguna manera- empezando a trazar las lineas de su personalidad, hay que tener cuidado: si partimos de la base de que cada niño tiene su personalidad, sus capacidades y sus destrezas, un elogio puede resultar un añadido o algo que les resta en ese período crucial en sus vidas. Por eso hay que saber diferenciar entre ‘elogio evaluativo’ (=se dice lo que el niño quiere oír) y ‘elogio descriptivo’ (=se da valor al esfuerzo en su justa medida). No se trata, pues, de fabricar seres que estén permanentemente alejados de la realidad y encerrados en su propia burbuja, sino de cultivar personas que sean capaces de valorar la cultura del esfuerzo y la satisfacción por los logros cumplidos como motivación para la búsqueda de otros nuevos. Sólo el elogio es capaz de tumbar a los gigantes. #psicologia #autoestima #positividad