Dicen que dormir es un regalo de la vida y que nos pasamos media vida durmiendo precisamente porque el hecho de dormir es un proceso que alarga la vida. Todos los seres dependemos de un tiempo de descanso para poder rendir en nuestros estudios y/o labores diarias, pero este tiempo de descanso es mucho más necesario en los adolescentes, ya que éstos todavía se encuentran en una fase de desarrollo físico y mental que les provoca un gasto mayor de energía y, en consecuencia, un período de descanso mucho mayor. En efecto, en promedio, los adolescentes necesitan entre ocho y nueve horas y media de sueño para rendir bien en todas sus actividades; distintos estudios han demostrado que los patrones de sueño de los adolescentes son muy distintos a los de los niños y los adultos, y que quedarse despiertos de noche tiene una explicación científica: según estos estudios, durante la adolescencia el ritmo circadiano del cuerpo (que sería como el reloj biológico interno) sufre un reajuste temporal que lleva a que los chicos se acuesten más tarde. Al parecer, este reajuste tiene que ver con que la hormona melatonina, muy vinculada al sueño, se produce más tarde por la noche en los adolescentes en comparación con niños y adultos, haciendo que sea más difícil dormirse temprano y levantarse temprano en esta etapa de la vida.
A esto se le suma que hoy en día los adolescentes están expuestos a muchos estímulos que podrían retrasar aún más la acción de la melatonina, que ante la luz intensa del día o de fuentes artificiales como la televisión, el portátil, la táblet, el móvil, etc. tarda más en activarse. Y las consecuencias de esta falta de sueño se traducen en falta de sueño, tristeza, depresión o malas notas. No es malo que el joven apague el móvil y lo deje bien apartado, o que se dé una ducha antes de acostarse: su cuerpo y su mente se lo agradecerá. #sueño #dreaming #hitech
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