La vuelta al colegio en septiembre no es vivida con la misma sensación de novedad por todos. En España, tres de cada diez alumnos de 15 años han repetido curso al menos una vez en su vida escolar, según los últimos datos del Ministerio de Educación de 2019. Son los popularmente conocidos como «repetidores», un término que conlleva no solo una «connotación negativa, sino equivocada», indica Pilu Hernández Dopico, maestra, preparadora de oposiciones y autora del Blog El pupitre de Pilu, desde donde ofrece constantemente consejos educativos a docentes, familias y alumnos. «Partimos de la base de que repetir en este contexto es un término que no está bien usado, ya que significa: “volver a hacer lo que se había hecho, o decir lo que se había dicho”. Pero nadie quiere repetir los mismos fallos. Por eso, si tenemos un niño que va a repetir curso, el objetivo es evitar caer dos veces en la misma piedra. Pero para eso deberíamos empezar por dejar de ver la “no promoción del alumno” como un fracaso».

De hecho, repetir curso debería entenderse como todo lo contrario, indica la psicóloga Sonia Sauret, porque supone «una gran oportunidad para continuar con los estudios, permitir al menor ir al propio ritmo y desarrollar la resiliencia». Sería bueno que este enfoque, mucho más positivo, «se promoviera en las propias escuelas y en todo el sistema educativo, para evitar el desánimo y el abandono escolar. Pero en casa también hay mucho por hacer».

«Porque lo hecho, hecho está», corrobora Hernández Dopico, para quien es vital «no intentar buscar culpables, y mucho menos que el niño oiga conversaciones entre sus padres de desánimo. No hay que olvidar que el que repite es el menor, no los padres». Quitarle importancia, no tratar el tema como un asunto tabú, pero tampoco como si fuese una tragedia, son algunos de sus consejos en este sentido. «Nuestros hijos deben sentirse apoyados, no nos desanimemos ante este hecho. Estemos con ellos e intentemos apoyarlos», recomienda.