Los patios dejaron de ser hace tiempo espacios ajenos a los procesos de aprendizaje donde los alumnos buscaban minutos de descanso entre balones, carreras, risas, tensiones y socialización. Hace más de 10 años que esto ha cambiado y se han diseñado por parte de directores, profesores y la propia administración, distintos planes de intervención en unos lugares donde se sigue aprendiendo entre clase y clase.
Ahora se aprovechan estos minutos para procesos de integración de los estudiantes de Primaria –de seis a 12 años–, con juegos, actividades relacionadas con la ecología y la salud, división de los patios por colores y cursos, o con programas que dan salida a las distintas aficiones de los alumnos. El objetivo es mejorar las relaciones, la convivencia y el clima social de los centros.
El origen de estos planes se sitúa alrededor de 2005, cuando la administración autonómica elaboró un proyecto piloto para que los alumnos con algún trastorno generalizado del desarrollo (fundamentalmente dentro del espectro autista), se sintieran más cómodos y seguros en los recreos a través de la creación de entornos y actividades estables y organizadas. Pasó a ser un instrumento generalizado a partir del año 2007. Así, se introdujo como medida organizativa para ordenar a los alumnos y que estos utilizaran todas las zonas del patio con juegos inclusivos, uso de las pistas deportivas y de las de juego, etcétera. Hoy ya están bastante extendidos en infantil y aproximadamente en un 30% de los centros de Primaria.
Estos planes se desarrollan en el recreo de la mañana (normalmente de 11 a 11.30 horas) y en el que hay después de comer (de 13 a 14.30 horas).
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