El problema del acoso escolar continúa siendo una realidad extendida en España, donde uno de cada tres niños reconoce haber sido testigo de una situación de acoso escolar en su clase. Estos mismos alumnos aseguran que de media conocen a dos compañeros que son víctimas de bullying. «En concreto, la cifra que nos sale es de 2,3 niños acosados por clase y, a pesar de que se ha reducido con respecto a 2017, que era de 2,6, sigue siendo un dato llamativamente alto. De hecho, debería ser cero. O como mucho, tendría que quedarse en el plano de los meros problemas de convivencia», advierte Benjamín Ballesteros, psicólogo y director de programas de la Fundación ANAR.
Así, crece el número de chicos que ven en la unión entre compañeros la medida más efectiva para frenar el acoso escolar cuando ya ha comenzado a producirse (80,3% en 2017 frente a 65,7% en 2016) en comparación con otras alternativas como pedirle ayuda directamente al profesor, que disminuye del 77% al 73%. En cuanto a su percepción, aumentan los alumnos que ven el acoso escolar como un tipo de maltrato (97,7%) y disminuye el número de los que lo consideran una broma o algo normal que ocurre entre compañeros (1,6% en 2017 frente a 5,4% en 2016). De hecho, los insultos y las agresiones físicas son las formas más habituales de acoso, alrededor del 85% en ambos casos, seguidas de las diferentes formas de presión psicológica (aislamiento, exclusión y difusión de rumores) que sufre una de cada tres víctimas (32,2%).
La mayoría de alumnos, un 62%, piensa que los acosadores actúan por creerse mejores que sus compañeros y, en segundo lugar, que solo lo hacen para divertirse. Estos estudiantes destacan como principales causas del acoso la forma de ser de las víctimas y su aspecto físico, en más del 50% de los casos, y un 20% afirma que el motivo es por pertenecer a otra cultura o raza.