La oratoria es el arte de hablar con elocuencia; los antiguos pronto se dieron cuenta de que, para convencer, no sólo había que usar un lenguaje correcto, sino también adornado. Perfeccionaron el discurso, y desarrollaron una figura, la del orador, capaz de poder desenvolverse en diversas lides; posteriormente redactaron retóricas (tratados sobre oratoria), e incluso fundaron escuelas destinadas a este fin.
Y, en este sentido, hablar en público es -y, a tenor de cómo está la sociedad, debe serlo- una de las competencias que se ha de valorar y que no ha de descuidar cualquier profesional que se precie; el alumnado de los centros escolares de Bachillerato en Aragón podrá estudiar a partir del próximo curso la asignatura de Oratoria para mejorar su capacidad de expresión. El Departamento de Educación del Gobierno autonómico ha modificado el currículo de Bachillerato para que los centros educativos puedan ofertarla como asignatura optativa en 1º o 2º de Bachillerato.
La asignatura se impartirá una hora a la semana y permitirá que el alumnado aprenda a hablar y exponer en público con un discurso, en la línea de las recomendaciones de la OCDE para mejorar la calidad del sistema educativo. Es, apuntan desde el Ejecutivo aragonés, “un factor fundamental para el éxito que, además, favorece el desarrollo de la autoestima de los alumnos y su capacidad de relación y repercute en el expediente académico”.
El objetivo, señalan, “es fomentar estrategias para el desarrollo de la expresión oral y la consolidación de las habilidades necesarias para que el alumnado pueda comunicar con precisión, rigor y claridad sus propias ideas, así como que les permita construir discursos más elaborados”, ha explicado el director general de Planificación y Formación Profesional, Ricardo Almalé.