UNA MEMORIA BIEN ALIMENTADA.

Es de sobras conocido que la memoria, aparte de ser concebida como ‘aquella facultad que posee el ser humano para lograr retener una información percibida por cualquiera de los sentidos’, es un músculo que necesita de un entrenamiento (es decir, lo que conocemos como ‘memoria a corto y largo plazo’, respectivamente) y, por consiguiente, de un ‘combustible’ que le permita alcanzar el máximo rendimiento. ¿Se acuerdan de la famosa frase ‘somos lo que comemos? Pues aquí tiene otra razón de ser; una buena salud pasa por adquirir ciertos hábitos que hagan que nuestro cuerpo y mente estén lo más saludables posible. Y, en este sentido, la memoria también necesita de alimentos que la retroalimenten y la conviertan en un mecanismo poderoso para poder trabajar con ella. Pero cuidado: el abuso de estos alimentos también nos creará dependencia. Con la salud (y también con la memoria) no se juega. #memoria #cognición #salud#alimentación