MOTIVAR PARA ESTUDIAR.

Expresiones del tipo ‘no tiene interés’, ‘le da todo igual’, ‘es una batalla hacer los deberes’, ‘se distrae constantemente’ son las que fundamentan la preocupación que tienen muchos padres con sus hijos a la hora de que éstos realicen cotidianamente sus tareas. En el proceso formativo del niño/adolescente siempre entran en juego dos factores fundamentales: 1) su capacidad intelectual; y 2) su motivación para estudiar. Dando por hecho que cada niño/adolescente presenta sus propias particularidades en el aprendizaje, esta pequeña guía puede ayudarle a que estudie y a que entienda que la motivación es tanto o más importante que sus propias capacidades para estudiar. Los cambios importantes -recordémoslo- en nuestros hijos siempre se harán realidad en tanto que seamos capaces de aplicarlos a nosotros mismos.