Uno de los caballos de batalla de un docente -y, por qué no decirlo, de cualquier persona que se dedique a la atención al público- es concitar la atención de los destinatarios del mensaje que está emitiendo, esto es, de que los alumnos le escuchen. Para ello, es importante cuidar al máximo tres aspectos fundamentales: la voz, el conocimiento y saber estar. Ese ‘saber estar’ ha de basarse, pues, en que el docente no muestre en ningún momento la sensación de ser ‘un busto parlante’, sino de saber moverse en el aula, porque gracias a ello ganará en presencia y en credibilidad y evita, por tanto, que los alumnos sientan desgana o nerviosismo. No todo es colocarse delante de la pìzarra y ‘soltar la parrafada’, no lo olviden. #Técnicas #YoMeMuevo
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